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1 de diciembre de 2006

El gobierno español acepta que las tropas desplegadas en Afganistán combatan contra la insurgencia

Agencias/ Rebelión

España no aumentará de manera significativa sus tropas en Afganistán, que hoy suman 700 efectivos, pero sí está dispuesta a que combatan en operaciones puntuales autorizadas caso por caso.

Tanto o más importante que esa decisión, es la de que el Ejecutivo tampoco trasladará sus tropas al sur afgano, donde la OTAN se enfrenta a una creciente actividad de la insurgencia nacional.

El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, afirmó este martes antes de la cumbre de la Alianza Atlántica que las tropas españolas en Afganistán sólo se moverán de su zona -al oeste del país- en caso de emergencia y que no serán enviadas al sur, donde otros contingentes combaten a la insurgencia talibán.

El titular de Defensa cree ilógico desplazar a las tropas españolas para combatir a los talibán, como insinúan, sin mencionarlo explícitamente, responsables de la OTAN como el presidente de EEUU, George Bush, o el primer ministro británico, Tony Blair.

Las palabras de Alonso llegan después de que estos exigieran a sus socios de la OTAN un mayor compromiso para llevar a cabo con éxito la delicada misión en Afganistán. "Para que la OTAN tenga éxito, sus comandantes deben poseer los recursos y la flexibilidad que necesitan para hacer su trabajo", dijo Bush, instando a "aceptar compromisos difíciles".

El comandante en jefe de la OTAN, el general James Jones, viene pidiendo desde hace algunos meses unos 2.500 efectivos más en la peligrosa región sur del país, donde ya hay 10.000 soldados desplegados, en su mayoría británicos, holandeses y canadienses.

A raíz de esta situación, el eje anglosajón presiona a España, Alemania e Italia para que envíen más soldados (España tiene 650) o bien acepten redesplegar sus fuerzas ubicadas en zonas tranquilas de Afganistán, algo a lo que se niegan, amparados en las restricciones incluidas en sus mandatos de participación en la ISAF (Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad).

Sin embargo, la resistencia del Gobierno español a dar manos libres al comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), el británico J. David Richards, no significa que no esté dispuesto a aumentar su compromiso con Afganistán.

Se sabe que España cumple la tarea de instruir a policías afganos y participará en la formación de su ejército, en el propio Afganistán o en territorio ibérico. Además, en febrero próximo, habrá por vez primera un general español en el cuartel general de la OTAN en Kabul.

Ese oficial será el máximo responsable de las tareas Cívico Militar en la ISAF; es decir, de las relaciones de las fuerzas de la OTAN con instituciones civiles y organizaciones sociales afganas.

También está previsto que España aumente en 2008 su presencia en el cuartel general de la OTAN en Kabul, donde aportará más de un centenar de cuadros de mando de alta calificación y varios generales en puestos clave.