PL / El ministro francés del Exterior, Philippe Douste-Blazy, sugirió este miércoles a Estados Unidos establecer un programa de retirada de sus tropas de Iraq, bajo ocupación anglo-norteamericana.
Douste-Blazy declaró a la radioemisora France-2 que era necesario el establecimiento por la Casa Blanca de ese calendario y afirmó que el asunto del mandato de las tropas extranjeras en ese Estado árabe se debatirá en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El jefe de la diplomacia gala subrayó que en la nación del Golfo Pérsico existe un ocupante, en alusión a Estados Unidos y Gran Bretaña, y un ocupado, en un reconocimiento al verdadero carácter de la presencia de las fuerzas de esas naciones en Iraq.
Francia, junto con Alemania y Bélgica, estuvo entre las naciones europeas que con más fuerza criticó la preparación y posterior realización de la unilateral operación bélica contra ese país, en marzo de 2003.
Al mismo tiempo, el canciller estimó que una salida repentina de las tropas de ocupación podría, en su opinión, ser peor; pero abogó por la conveniencia de contemplar un plan para la salida paulatina de fuerzas foráneas del territorio iraquí.
Douste-Blazy se refirió a la necesidad de un cambio de política, tras la derrota de los republicanos en las elecciones parciales del pasado día 7 en el Congreso estadounidense, donde los demócratas lograron el control de sus dos cámaras.
El principal asunto de la campaña electoral de cara a esos comicios fue, precisamente, la política de Washington en la nación del Golfo Pérsico, en medio de los llamados de muchos candidatos demócratas a una salida de las tropas ocupantes.
Para el Ministro francés del Exterior, la derrota de los republicanos supuso la discusión "por primera vez" del problema de la presencia militar norteamericana en Iraq.
De su lado, fuentes diplomáticas citadas por el diario Le Figaro consideran que Estados Unidos podría presionar a las naciones europeas para suplir con sus fuerzas la salida de los uniformados norteamericanos, como ocurre ahora en Afganistán.
En el verano de 2005, la Casa Blanca intentó sin éxito involucrar como bloque a la Organización del Tratado del Atlántico del Norte en el apoyo directo a la ocupación del estado árabe.
Durante esa cumbre de la alianza atlántica, Francia y Alemania se opusieron al envío de sus uniformados a la nación del Golfo Pérsico, ni siquiera como especialistas para preparar al ejército del nuevo Gobierno iraquí, aupado por los ocupantes.