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21 de septiembre de 2006

Hostigadas sexualmente más de 100 reclutas

Por Martha Mendoza

The Associated Press

SANTA CRUZ, California Más de 100 jovencitas que expresaron su interés en incorporarse a las fuerzas armadas durante el año pasado fueron víctimas de hostigamiento sexual por parte de personal encargado del reclutamiento.

Hubo mujeres violadas en oficinas, atacadas en vehículos del gobierno y manoseadas cuando se dirigían a tomar exámenes de ingreso.

Una investigación realizada por The Associated Press en el curso de seis meses descubrió que más de 80 militares encargados de labores de reclutamiento fueron castigados por hostigamiento sexual a potenciales soldados.

Los casos se registraron en todas las ramas de las fuerzas armadas y en todas las regiones de Estados Unidos. "No debería permitirse que esto ocurra", dijo una víctima, de 18 años.

"El encargado de reclutamiento tenía consigo todo el poder. Tenía un uniforme. El disponía de mi futuro. Yo confiaba en él".

Por lo menos 35 reclutadores del Ejército, 18 de la infantería de Marina, 18 de la Armada y 12 de la Fuerza Aérea fueron castigados por conducta inapropiada en relación a potenciales soldados durante el 2005, según registros obtenidos por AP mediante solicitudes amparadas por la Ley de Libertad de Información.

La AP también descubrió que:

—En el Ejército, que representa casi la mitad de las fuerzas armadas en Estados Unidos, hubo 722 reclutadores acusados de violaciones y de conducta inapropiada desde 1996.

—A través de los diferentes servicios, uno de cada 200 reclutadores en la llamada "línea del frente", esto es, aquellos que tratan directamente con potenciales soldados, fueron castigados por conducta sexual inapropiada durante el año pasado.

— Algunos casos de conducta inapropiada involucraron relaciones íntimas. En ocasiones, esas relaciones fueron iniciadas por mujeres.

—La mayoría de los reclutadores declarados culpables de conducta sexual inapropiada fueron castigados a nivel administrativo. Eso incluyó una degradación, o suspensión del salario.

Los procesos civiles o militares son muy raros. La vocera del departamento de Defensa, coronela Ellen Krenke, dijo que el Pentágono, que ha asignado más de $1,500 millones a tareas de reclutamiento en lo que va del año, no sigue la pista a los casos de conducta sexual inapropiada entre los reclutadores.

Añadió que tampoco iba a comentar sobre los casos denunciados por AP. Afirmó que esas cuestiones debían ser presentadas ante las diferentes ramas de las fuerzas armadas.

En el Ejército, 53 reclutadores fueron acusados de conducta sexual inapropiada el año pasado.

S. Douglas Smith, vocero de reclutamiento, dijo que el Ejército ha dedicado mucha energía a entrenar a su personal para evitar esos problemas. "Si bien 53 denuncias en un año son 53 denuncias más de las que deseamos, eso no es un indicio de lo que ocurre con el comando total de 8,000 reclutadores", dijo.

"Tomamos (las denuncias) con mucha seriedad y adoptamos acciones apropiadas cuando es necesario a fin de castigar a esas personas".

La Associated Press no suele dar los nombres de las víctimas en casos de violación.

Para este artículo, la AP entrevistó víctimas en sus hogares y a los acusados en las cárceles, revisó registros policiales y de tribunales, y en un caso, partes del diario de una de las víctimas. Una pauta emergió. La conducta sexual inapropiada se registra por lo general en estaciones de reclutamiento, en apartamentos de los reclutadores, o en vehículos del gobierno.

Las víctimas tienen generalmente entre 16 y 18 años, y anhelan enrolarse en las fuerzas armadas.

Generalmente encuentran a sus reclutadores en colegios secundarios, o en tiendas por departamento o en oficinas de alistamiento.

Una de las muchachas, de 18 años, admitió que "estuvo bebiendo" con el sargento de reclutamiento Brian Fukushima, de la infantería de Marina. "Y fuimos a la estación de reclutamiento alrededor de la medianoche", donde el sargento la violó.

Otros dos miembros del personal de reclutamiento tuvieron relaciones sexuales con dos de sus amigas en la misma habitación. La muchacha dijo que durante el acto sexual se desmayó.

"Cuando desperté me sentía enferma y avergonzada. Mis ropas estaban desparramadas por el suelo".

Fukushima fue condenado por conducta sexual inapropiada ante un tribunal militar luego que otras adolescentes denunciaron ataques similares.

Abandonó la infantería de Marina a fines del año pasado, tras ser dado de baja. Su abogado militar, el capitán James Weirick, dijo que Fukushima se sentía avergonzado de haberle fallado a su familia y a los infantes de marina. "Fue un error de juicio", aseguró.

Shedrick Hamilton usa la misma frase para describir sus acciones, que lo condujeron a una cárcel en Oneida, en la parte norte del estado de Nueva York, tras mantener relaciones sexuales con una estudiante de 16 años, en la época en que trabajaba como reclutador para la infantería de Marina.

Hamilton dijo que la víctima se había sacado los pantalones en su oficina, algunas semanas antes, como una broma, y que un día, mientras la llevaba en un automóvil para asistir a un evento de alistamiento, la muchacha le acarició la ingle.

"Yo frené el automóvil y le pedí que pasara al asiento posterior", dijo.

"Tendría que haberla apartado de mí. Después de todo, yo era el adulto. Tendría que haber pisado el acelerador, y haber llamado a sus padres".

Como resultado del episodio, Hamilton fue condenado por violación, y también fue dado de baja. Otros casos de conducta sexual inapropiada son más matizados.

Algunos reclutadores han dicho que las víctimas mostraban interés en ellos. Y en ocasiones, las víctimas están de acuerdo. Hubo casos en que tuvieron citas amorosas. Pero Anita Sánchez, directora de comunicaciones de la Fundación Miles, un grupo que defiende a víctimas de la violencia en las fuerzas armadas, se irrita ante la idea de que las potenciales soldados, inclusive si flirtean con los reclutadores, o aceptan citas, tienen relaciones íntimas consensuales.

Las adolescentes se enfrentan "con un funcionario de reclutamiento que tiene la autorización para que alguien ingrese o no ingrese en las fuerzas armadas", dijo.

"Eso puede cambiar la vida de una estudiante. Si ella no consigue alistarse, su vida puede ser severamente afectada. En lugar de obtener adiestramiento y una educación, puede terminar lavando platos".

Ethan Walker, quien trabajó como reclutador de los Marines, coincide con Sánchez. "Cualquier reclutador que intenta asegurar que fue un acto consensual, miente", señaló.

"El reclutador tiene todo el poder en ese tipo de situaciones".

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