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23 de marzo de 2007

Ex militar denuncia abandono


WASHINGTON – George W. Bush, presidente de los Estados Unidos, se tomó una foto con él en las navidades de 2004, en momentos en que la Casa Blanca defendía una guerra de Irak que comenzaba a complicarse.

En aquel entonces, el sargento boricua Elmer J. Rivera, comandante de la compañía 301 de policías militares de la Reserva del Ejército en Puerto Rico, convalecía en el centro médico Walter Reed, en Washington D.C., de heridas graves en el abdomen recibidas en Irak.

Dos años después, Rivera ha denunciado que fue retirado en enero pasado del servicio activo del Ejército de Estados Unidos, sin poder terminar su tratamiento médico.

La súbita salida del servicio militar activo le ha limitado las posibilidades de seguir recibiendo tratamiento médico en Walter Reed.

Al ser desmovilizado, el Ejército dejó de financiar el costo del transporte y su estadía en la capital federal, en momentos en que además su salario de militar se ha visto reducido en un 60%.

Rivera, quien tiene una maestría en ingeniería y ansía recuperarse para volver a su trabajo en la farmacéutica Pfizer, piensa que la jefatura militar le ha dejado en el olvido después de su servicio en la guerra de Irak.

"Nadie en la Reserva del Ejército se ha preocupado por mí", dijo Rivera, al coincidir, en ese sentido, con las denuncias que han hecho soldados de la Guardia Nacional a la jefatura de esa otra estructura militar en la Isla.

En febrero de 2004, Rivera, quien ahora tiene 24 años y es uno de un indeterminado número de soldados de origen boricuas heridos en la guerra de Irak, fue movilizado a ese país árabe como comandante del batallón 301 de policías militares.

Pero, en octubre de ese año, en momentos en que su unidad custodiaba la nefasta cárcel de Abu Ghraib - meses después de los incidentes de tortura en contra de iraquíes-, fue herido como consecuencia de un ataque de morteros de la resistencia iraquí. Su colon, diafragma y el vaso sanguíneo quedaron dañados.

A causa de las heridas, Rivera ha sido operado en 16 ocasiones, todas ellas en Walter Reed. Esta semana, por razones económicas, no pudo cumplir con la cita que tenía para el 19 de marzo.

"No tengo la culpa de haber sido herido. Lo menos que pueden hacer es pagarme el pasaje y brindarme los servicios médicos", dijo Rivera, quien sostiene que en el hospital de Veteranos de San Juan le han dado la mano, pero considera que debido a su condición debería ser examinado por el mismo cirujano del Walter Reed que le ha realizado, hasta el momento, todas las operaciones.

Todavía tiene pendiente que se le opere una hernia abdominal.

"Si llego a estar bien -indicó Rivera-, quizá me hubieran enviado de nuevo a Irak. Pero como ya no les sirvo, las autoridades militares no se preocupan", puntualizó.

Por: José Delgado / END