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7 de abril de 2017

El grave error de Trump en Siria


Por José Muñíz Gómez , El Nuevo Día

Muchos que desconocen la geopolítica del Medio Oriente y sus conflictos no tienen idea del grave error cometido por el presidente Donald Trump. La Guerra Civil Siria, la cual se ha prolongado por casi seis años, tiene como protagonistas al gobierno de Bashar Al-Assad, a la oposición que nació de los protestantes y militares desertores del ejército (de predominancia suní), y a los grupos terroristas como Al-Nusra y Daesh.

Del lado del régimen de Al-Assad se encuentre Rusia, que en 2015 incursionó en el conflicto proveyendo armamento a su mayor consumidor, soldados, asesores militares, y el 20% de su aviación, la que posee su única base militar en Medio Oriente.

Por su parte, Irán también apoya al régimen de Bashar Al-Assad. Irán, que ha invertido $100 mil millones en el bando de Al-Assad, ha provisto 70,000 soldados iraníes y milicianos chiíes, armamento y aviones. Irán tiene 13 bases militares en Siria, las cuales son clave por estar cerca de sus principales enemigos en caso de un conflicto. Y estos principales enemigos son Israel y Arabia Saudí.

Los ataques con misiles de crucero Tomahawk al campo de aviación Al-Shayrat, en Siria, son el primer error irreversible que Trump ha cometido. Primero, estos ataques en Al-Shayrat, desde donde se cree la aviación siria despegó cargando los misiles con gas sarín que acabaron con la vida de sobre 100 personas en la provincia de Idlib, en Siria, responden en parte a la presión mediática estadounidense.

Desde el Partido Republicano, la presión que John McCain y Marco Rubio pusieron sobre el presidente para tomar acciones unilaterales en Siria fue abrumadora. Y como si fuera poco, la belicosidad que distingue al secretario de Defensa, James Mattis, junto a la radicalidad que distingue al nuevo asesor de Seguridad Nacional, H. R. McMaster, fueron clave para lo que ocurrió ayer en Siria.

De hecho, cabe resaltar que el control que McMaster quiere tener sobre el Consejo de Seguridad Nacional es lo que explica la repentina salida del exjefe de campaña de Trump, Steve Bannon, de este cuerpo. Segundo, estos ataques estadounidenses son injustificables. De hecho, la miembro del Comité de la ONU para Asuntos en Siria, Carla del Ponte, no ha podido confirmar si los ataques químicos fueron realizados por el ejército sirio o no.

Tercero, estos precipitados ataques sepultarán la idea de mejorar las relaciones con Rusia y hasta podrían desembocar en el uso del párrafo 36 del Acuerdo Nuclear por parte del país persa. En otras palabras, Irán pudiera salirse unilateralmente del acuerdo nuclear, llevando así a una crisis indefinida a Israel y a Arabia Saudita, ya que esto da legitimidad a Irán para que continúe con sus ambiciones nucleares.

Sin dudas, las acciones del presidente Trump no son para el beneficio de la seguridad nacional de los Estados Unidos. Estados Unidos tiene que entender que los $500 millones que gasta en entrenar a la oposición fueron en vano y que atacar a Bashar Al-Assad ahora que controla las cinco urbes más grandes de Siria es una acción inútil y peligrosa.

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