BAGDAD.- Catorce soldados estadounidenses han muerto en varios ataques registrados en los dos últimos días en distintas zonas de Irak, según ha informado el Ejército en un comunicado.
El último y más grave de esos ataques, que se produjo este jueves al paso de una patrulla al noreste de Bagdad, se cobró la vida de nueve personas, entre ellas cinco soldados estadounidenses, y causó heridas a otras tres, de las que uno era también militar.
Además, un soldado de las tropas de la coalición internacional murió y otros tres resultaron heridos en un ataque con bomba que tuvo como objetivo su patrulla al norte de la capital.
Estas víctimas se suman a los cuatro soldados que murieron este miércoles por el estallido de un artefacto explosivo al paso de un convoy al oeste de Bagdad, que también causó heridas a otro.
Además, otros dos soldados estadounidenses perdieron la vida y cuatro resultaron heridos como consecuencia de la explosión de un potente artefacto bajo el vehículo en el que patrullaban en el suroeste de la ciudad.
Asimismo, dos 'marines' fallecieron mientras participaban en una operación militar en la provincia occidental de Al Anbar.
Mientras, la operación conjunta de las fuerzas estadounidenses e iraquíes contra focos de insurgentes en la provincia de Diyala prosigue por tercer día consecutivo, con 10.000 efectivos movilizados. Según Washington, el número de presuntos rebeldes que han muerto hasta el momento en la ofensiva es de 41.
Diyala se ha convertido en el principal bastión de la insurgencia suní, que perdió poder en Al Anbar después de que algunas tribus se volvieran a finales del año pasado contra los grupos más extremistas vinculados a la red terrorista Al Qaeda.
