Con la voz entrecortada y el rostro desencajado, un veterano de la guerra de Irak confesó haber protagonizado tres robos a bancos por encontrarse en un estado de depresión.
Pero, a pesar de los serios cargos que pesan en su contra por haberse apropiado de $13,349 a través de notas que les entregaba a los cajeros de las instituciones financieras, el sargento Hugo E. Aponte Morales, de 32 años, esperará su juicio en su hogar luego que la Oficina de Servicios con Antelación a Juicio (OSAJ) prestara el 10% de su fianza de $50,000, asignada por el juez José M. D'Anglada del Centro Judicial de San Juan.
"Él regresó de Irak y se encontraba sin trabajo, se había separado de su esposa, tiene dos hijos, pero aparentemente se encontraba en un estado depresivo. Tenía un récord limpio hasta que asaltó los bancos", indicó la agente Malenie Rodríguez, quien investigó los asaltos cometidos por Aponte Morales en tres sucursales del banco Santander el pasado 15 de mayo y el 12 y 25 de junio. Los primeros dos asaltos se llevaron a cabo en instituciones de las avenidas Piñero y De Diego de la capital. El lunes protagonizó otro atraco en una sucursal en Cataño, relativamente a corta distancia donde el hombre residía junto a familiares.
La tablilla de un carro Toyota Corolla que el soldado utilizó para cometer los crímenes fue divisada ayer por un guardia municipal que proveyó la información a la Policía estatal.
El asaltante se entregó a las autoridades en la casa de su padre luego que éste le pidiera a través del teléfono que volviera a la residencia.
"El caso me chocó porque parecía como una persona que podría haber buscado ayuda y que tenía buenas posibilidades para buscar empleo. Él mismo habló de los hechos y admitió sus errores, solicitó ayuda por la depresión que atravesaba", sostuvo la agente Rodríguez, quien pudo entrevistar al veterano personalmente.
En el vehículo de Aponte Morales las autoridades pudieron localizar una pistola, una bayoneta, así como $6,840, producto de su último asalto en la sucursal de Cataño.
