La última llamada del sargento Carlos Miguel Camacho a su madre, Luz Selenia Rivera, fue el 8 de octubre de 2004 a las 11:45 de la noche.
La llamada fue desde Faluyah, Irak, a Villa Fontana, Carolina, según Rivera, quien recuerda cada detalle.
"Habló con su nene que tenía tres años y él le pidió que se acordara de la motora amarilla que le iba a comprar. Entonces, (Carlos Miguel) habló conmigo y me dijo: no veo la hora en que nos saquen de aquí; ya estamos cansados de estar aquí. Esto es un infierno, te voy a dejar que tengo que llevar a unos soldados... y no me volvió a llamar", recordó la mujer.
En la sala de la familia Camacho-Rivera, llena de fotografías del joven que fue abatido en Faluyah el 5 de noviembre de 2004, cuando un misil impactó su vehículo, estaba Sonia Santiago, portavoz de la organización Madres contra la Guerra.
La gestión del Día de Recordación de la entidad que dirige Santiago ha sido visitar en sus casas y acompañar al cementerio a varias de las mujeres que perdieron a sus hijos en Irak. "Nosotras hoy llamamos a la reflexión y decimos: recordamos a los caídos luchando por los vivos, exigiendo que cese esta guerra, aunque sabemos que está cayendo en oídos sordos", dijo Santiago refiriéndose a la reciente aprobación de $120,000 millones en el Congreso para la guerra en Irak.
Aunque la mayoría congresional demócrata intentó incluir en la asignación de fondos una fecha de salida de las tropas estadounidenses de Irak, finalmente tal fecha no se impuso.
"Eso me parece, como dijo mi hijo, un infierno porque él (el presidente Bush) sigue enviando militares para allá a morir", señaló Rivera. "No estoy de acuerdo, yo quisiera que eso terminara, que Dios le iluminara la mente, que él sacara a todos esos militares de allí y eso terminara ya", añadió.
Santiago, mientras tanto, recita la estadística del saldo humano de la guerra: 3,452 soldados de Estados Unidos muertos, sin contar los que se informen entre ayer y hoy, ya que muere un promedio de cuatro diarios; sobre 40,000 heridos y más de 750,000 civiles iraquíes muertos, según un estudio de la Universidad John Hopkins, en Baltimore.
"Madres contra la Guerra le damos nuestro mas sincero pésame a las madres puertorriqueñas, latinas, estadounidenses y británicas, pero también pensamos en las madres iraquíes y afganas, porque la guerra no discrimina por cultura o nacionalidad, y la muerte de un hijo la siente cualquier ser humano no importa dónde", dijo Santiago, mientras Rivera asentía callada a su lado.
Por: Eugenio Hopgood Dávila / END