Cuatro años de guerra en Irak
Muchos de los soldados caídos de EE.UU. eran de pueblos pequeños.
Un análisis de AP halló que casi tres cuartas partes de los oficiales
muertos en Irak vienen de pueblos donde el ingreso per cápita es inferior al
del promedio nacional.
MCKEESPORT, Pensilvania — Criado en las viviendas públicas de un viejo
pueblo siderúrgico, Edward "Willie" Carman vio el Ejército como una
posibilidad de forjarse una vida mejor.
"No lo hago por ti, lo hago por mí", dijo el entonces muchacho de 18 años a
su madre, Joanna Hawthorne, un día al regresar de la escuela secundaria y
sorprenderla con la noticia.
Cambio de opinión
En AP-Ipsos revelan que los encuestados de laszonas rurales, el porcentaje
de los encuestados que consideraban que había sido correcta la decisión de
ir a la guerra cayó del 73% en abril de 2004 al actual 39%. En las zonas
urbanas, bajó del 43% en el 2004 al 30% actual.
Cuando Carman murió en Irak hace tres años, a los 27, había ahorrado dinero
para la universidad y tenía una novia y dos hijos, incluyendo un bebé al que
nunca conoció. Sus vecinos en el barrio de casas rodantes donde vivía
Hawthorne recaudaron $400 y se los dejaron en un sobre en la puerta.
El duelo no es exclusivo de este pueblo de Pensilvania. Casi la mitad de los
más de 3,218 soldados estadounidenses muertos en Irak provienen de pueblos
como McKeesport, con menos de 25,000 habitantes, según un análisis de The
Associated Press.
Uno de cada cinco proviene de pueblos de menos de 5,000 pobladores.
La Oficina del Censo dijo que el 56% de la población en el 2005 vivía en
pueblos de menos de 25,000 habitantes y en pueblos no incorporados, pero que
no podía discriminar la cifra entre unos y otros. El censo del 2000 reveló
que el 16% de la población total vivía en zonas rurales no incorporadas.
En Estados Unidos, un pueblo no incorporado es un barrio rural que no tiene
ayuntamiento propio, al contrario que el pueblo incorporado que tiene una
carta orgánica recibida del Estado, similar a una ciudad.
Muchos de los pueblos de donde provienen las víctimas fatales de la guerra
no son solamente pequeños, sino también pobres. El análisis de AP halló que
casi tres cuartas partes de los muertos en Irak vienen de pueblos donde el
ingreso per cápita es inferior al del promedio nacional. Más de la mitad
provenía de pueblos donde el porcentaje de gente que vive en la pobreza
superaba el promedio nacional.
Algunos son viejos pueblos de fábricas como McKeesport, en el pasado sede de
la empresa National Tube Works de la siderúrgica U.S. Steel que llegó a
emplear a 8,000 personas, donde el 12.5% está por debajo de la línea federal
de pobreza.
Injusticia para áreas rurales
A base del ingreso per cápita, los estados con poblaciones mayormente
rurales han padecido el mayor número de fatalidades en Irak. Vermont, Dakota
del Sur, Alaska, Dakota del Norte, Nebraska, Wyoming, Delaware, Montana,
Louisiana y Oregón encabezan la lista, según halló la AP.
Hay una "injusticia básica" sobre el número de soldados muertos en Irak que
provienen de áreas rurales, dijo William O'Hare, del Instituto Carsey de la
Universidad de New Hampshire, que examina cuestiones rurales.
La escasez de oportunidades es uno de los factores del alistamiento militar
más elevado en las zonas rurales. De 1997 al 2003, un millón y medio de
trabajadores rurales perdieron sus trabajos debido a cambios en industrias
como la manufacturera que tradicionalmente empleaban trabajadores rurales,
según el Instituto Carsey.
A las comunidades rurales "se les pide que paguen un precio más elevado por
esta aventura militar -si puedo usar ese término- que sus contrapartes
urbanos", dijo O'Hare.
Como consecuencia, en más de 1,000 pueblos pequeños en todo el país -desde
Glendive (Montana) hasta Barnwell (Carolina del Sur), pasando por Caledonia
(Misisipí), Hardwick (Vermont) y Clinton (Ohio)- amigos y familiares han
tratado de encontrar sentido a la muerte de un ser querido en Irak. Es una
lucha que se libra con particular intensidad en pueblos pequeños y unidos.
"En una comunidad pequeña, aunque uno no sepa el nombre de alguien por lo
menos conoce su rostro, lo ha visto antes, quizás ha hablado con él",
observó Chuck Bevington, cuyo hermano Allan de 22 años -de Beaver Falls,
Pensilvania- murió en Irak después de ofrecerse como voluntario para una
segunda misión. "Una comunidad pequeña lo siente mucho más porque la gente
tiene más contacto con los demás".
Aun los desconocidos llegan para abrazar a su madre, reveló.
Las tradiciones y el patriotismo militar están muy arraigados en el sector
rural de Estados Unidos y, para algunos, servir a la patria es una misión
que va más allá de lo económico.
La misma bandera
A veces, el llamado es algo que ni siquiera los padres de los voluntarios
comprenden completamente.
Cuando un reclutador de la infantería de Marina llegó a la casa de Ryan
Kovacicek en un suburbio de Washington, Pensilvania, frente a un camino
rural rodeado de pastos, su padre, un veterano infante de Marina que sirvió
en la guerra de Vietnam, se volvió hacia su hijo, estudiante universitario,
y le advirtió: "Realmente no comprendes en lo que te estás metiendo".
"Sí, lo entiendo", respondió el joven de manera obstinada antes de firmar
los papeles.
El muchacho era bromista y popular. Amaba el golf y las vacaciones en Myrtle
Beach, Carolina del Sur. Pero también tenía una faceta seria, y sus padres
dijeron que estaba convencido de servir a su país. Como beneficio extra, el
muchacho pensaba que el servicio militar le ayudaría algún día a conseguir
un trabajo en el FBI o la CIA.
Antes de partir a Irak, llevó a su novia a una concesionaria automovilística
junto a la ruta I-79, le señaló una enorme bandera nacional que flameaba en
lo alto, y declaró: "Es por esto que me incorporé a los infantes de Marina".
Cuando sus restos volvieron a la patria, la carroza fúnebre pasó junto a la
misma bandera.
Baja el apoyo en los pueblitos
La muerte no es la única carga que la guerra ha desencadenado sobre los
pueblos pequeños.
Los empresarios de muchas comunidades chicas han perdido sus comercios
debido a su movilización en la Guardia y la Reserva nacionales, dijo el
senador demócrata Jon Tester, de Montana. Agregó que también se necesitan
más fondos federales para garantizar que los soldados que regresan tengan
acceso fácil a los centros de salud para veteranos.
"Es cuestión de justicia que a esta gente que está dispuesta a ir y librar
guerras y arriesgar la vida... le cumplamos con nuestras obligaciones en
cuanto a sus beneficios", agregó.
Aunque el apoyo a la guerra en las zonas rurales era elevado inicialmente,
ha habido una fuerte declinación en los últimos tres años.
Marty Newell, director general del Centro de Estrategias Rurales, con sede
en Whitesburg, Kentucky, dijo que las zonas rurales apoyaban la guerra
inicialmente debido a la cantidad de sus soldados que estaban peleando.
"El motivo de que esté disminuyendo el apoyo ahora es el mismo por el que
era fuerte antes, y es que ahora sabemos mucho más al respecto", afirmó.
"Conocemos cuáles son los costos reales y sabemos la verdad... Cada día hay
otro pequeño pueblo en el que uno de los suyos vuelve menos que entero".
A medida que la guerra está en su cuarto año, Christian Appy, historiador de
la guerra de Vietnam, dijo que la carga que ha impuesto a las comunidades
más pequeñas -al igual que ocurrió con Vietnam- puede ser una "experiencia
muy amarga".
"Creo que la gente en muchos de esos pueblos es profundamente patriótica y
desea apoyar el país, pero a medida que pasa el tiempo se le hace más
evidente que su país y su seguridad no están en juego en esta guerra ni en
Vietnam", puntualizó Appy
Por Kimberly Hefling / The Associated Press
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