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4 de enero de 2011

Alerta Jóvenes: MCG en ENTREVISTA de Hora Informativa del 4/01/11


"Para mí es más que un héroe" - Dice la viuda de uno de los dos infortunados

Por Eugenio Hopgood Dávila / ehopgood@elnuevodia.com

RÍO GRANDE - El soldado José Alberto Delgado Arroyo había hablado con su esposa desde Irak el domingo pasado, media hora antes de partir a una misión de patrullaje por la localidad de Taji, en el área de Bagdad. "Ese día estaba contento, recuperado", dijo ayer Zugeily Colón del Valle mientras reprimía el llanto. Ella incluso le podía ver el semblante animado porque conversaban a través del sistema Skype, que le permitía ver la cara de su esposo.Contrastaba con el ánimo de José Alberto cuando se comunicaron en la despedida del año 2010, cuando lo notó "afligido y nostálgico" ante la realidad de que pasaría ese día lejos de los suyos. "Voy a salir en una misión. Te devuelvo la llamada cuando regrese", le dijo José Alberto el 2 de enero. La llamada nunca llegó. Eran las 6:30 de la tarde en Irak. Media hora después salió el convoy de seis vehículos Humvee y dos horas más tarde, a las 8:30 de la noche, explotó una bomba al paso de la caravana.En el incidente también perdió la vida el sargento boricua José Miguel Cintrón Rosado, de 38 años y residente en Vega Alta. Ambos militares pertenecían a la Compañía 1013 de Ingeniería de la Guardia Nacional de Puerto Rico.

Murió junto a su mejor amigo

"El vehículo de ellos era el primero. José Alberto guiaba. Explotó por el lado derecho, donde iba su mejor amigo, José Miguel Cintrón, y le impactó a él (José Alberto) también en la cabeza", explicó la viuda, de acuerdo con la explicación que recibió ayer. Su esposo murió luego en el hospital de la base, le informaron.José Alberto, quien era natural de las parcelas Hill Brothers, en Río Piedras, llevaba cinco años en la Guardia Nacional y 18 años de servicio como policía municipal de San Juan."Él no era cualquier soldado ni cualquier policía", sostuvo Zugeily, de 32 años. "Para mí es más que un héroe porque él siempre se destacaba como soldado y como policía por su gran desempeño. Sus ejecutorias eran tantas, su expediente de personal en la Policía era intachable", dijo la viuda, afirmación que confirmó en declaraciones ayer por la tarde la oficial de prensa del Municipio de San Juan, Vicky Prado.Zugeily explicó también que José Alberto se activó voluntariamente el año pasado para irse a Irak debido a que ella había sido cesanteada de su trabajo como oficial administrativa del Departamento de Justicia debido a la Ley 7."Él fue allá para no dejar el sustento del hogar, acabábamos de comprar esta casa (en Río Grande) y así él podía recibir dos sueldos y recuperar el que yo había perdido", dijo Zugeily entre sollozos. Explicó que por disposición del Municipio los policías que se activaban en la milicia podían seguir recibiendo su salario, además del sueldo como soldado.Mostrando la camisa de uniforme de la Policía Municipal con varias condecoraciones, la viuda explicó que en tres diferentes ocasiones solicitaron a la jefatura de ese organismo, que dirige Hilton Cordero, un ascenso por mérito para José Alberto, pero todo cayó en oídos sordos. "Entendíamos que lo merecía; sus ejecutorias y expediente eran intachables, fueron 18 años de servicio, mientras que a otros los ascendían a sargento con sólo cinco años de servicio", manifestó. "Nosotros queríamos ese ascenso porque se lo merecía y con el aumento salarial que significaba no tenía que irse a Irak", agregó."Ahora que no vayan a darle ascensos póstumos en la Policía Municipal, ahora que está muerto y que no puede ver eso por lo que tanto luchó", señaló Zugeily. "La próxima vez no me vuelvo a ir ni obliga'o", le decía José Alberto en una postal que envió en Navidad. La madre de Zugeily, Hilda del Valle y su tía indicaron que esperan que "el gobernador Luis Fortuño y (el alcalde Jorge) Santini no se vayan a aparecer por el velorio porque no son bienvenidos".José Alberto, de 41 años y Zugeily llevaban tres años de casados y seis de novios. José Alberto dejó dos hijos, Nicole, de 19 años y Justin, de 17.El Nuevo Día llegó hasta la residencia de Cintrón Rosado pero la familia, a través de Ricardo Quintana, concuñado del militar fallecido, pidió espacio para sobrellevar la dolorosa pérdida.Se informó que a Cintrón Rosado le sobreviven su esposa, María Robles Meléndez, y sus dos hijos, Carlos y Kevin.De acuerdo con Madres contra la Guerra, con estas bajas ya son 107 los militares boricuas que han fallecido en los conflictos de Irak y Afganistán.

Alba Muñiz colaboró con esta nota.http://www.elnuevodia.com/paramiesmasqueunheroe-855764.html