Decidimos cumplir la encomienda;
aquello que aprendimos en nuestro hogar;
de amar al prójimo como a nosotros mismos;
con énfasis en el no matar.
Ni víctimas ni victimarios;
Nuestros hijos han de ser;
por la guerra, ya son enemigos;
las criaturas que están por nacer.
Eduquemos a nuestros jóvenes;
en el sacrificio y la esperanza;
para que se guíen por el amor;
para que no busquen la venganza.
Paz para el mundo;
la que solo el amor valida;
de vientres, regazos y besos;
la maternidad es vida.
Acabemos con la guerra;
el virus de la sociedad;
la garantía de miseria y de muerte;
la antítesis de la maternidad.
José Benítez Meléndez