Hoy sábado 19 de marzo se cumple el octavo aniversario de la guerra en Irak.
Vilma Rivera Ortega, miembro de Madres contra la Guerra denuncia que su hija, V.P.W., de 39 años, entró al ejército en junio de 2007, como especialista cuatro, siendo asignada al Fuerte Drum en Nueva York. De acuerdo con su testimonio , la militar fue sometida a los siguientes vejámenes: tuvo una fractura en la patela durante el entrenamiento básico, para lo cual solo le administraron analgésicos, sin recibir tratamiento. Le obligaron a continuar con el entrenamiento, sufriendo dolores agudos. Contrajo una severa infección de oído en la barraca, ya que ésta estaba muy sucia y recientemente había fallecido un militar ahí y no había sido limpiada.
Al solicitar atención médica, su oficial supervisor la regañó, la sacó de la oficina médica y la envió a limpiar un estadio. Como consecuencia de ello, V.P.W. perdió audición por ese oído. Ella sufrió el escarnio y la burla de su unidad, ya que el médico que le atendió le dijo públicamente que regresara a recibir servicios médicos "cuando empezara a botar pus por el oído".
Adicionalmente, la militar fue sometida a acoso y hostigamiento sexual continuamente por su oficial supervisor, quien le llamaba a cualquier hora. La condición emocional de V.P.W. se deterioró al punto de que en una ocasión llamó a doña Vilma para indicarle que desconocía dónde se hallaba, que estaba perdida. V.P.W. contrajo una enfermedad infecciosa contagiosa en el ejército, desconociendo la procedencia de la misma.. Aún con estas circunstancias, V.P.W. fue informada de que tendría que partir hacia Irak.
Durante dos años su madre luchó afanosamente, contra viento y marea, para traer a su hija a casa:llamó, escribió y logró exitosamente ique su hija saliera de la unidad; que fuera asignada a la unidad de transición para guerreros (warrior transition unit) y que regresara a Puerto Rico.
Hay más de 300 condiciones médicas que inhibirían al militar de ir a combate. Doña Vilma le enseñó al ejército los protocolos médicos que existen y exigió que se cumplieran para salvaguardar los derechos humanos de su hija, que el ejército violó. Pero solo la persistencia, el tesón y la dedicación de esta madre lograron que su hija regresara: enferma y con problemas financieros, pero viva. Este testimonio evidencia la capacidad de una madre para salvar a su hija, pero también nos enseña que los derechos de los militares son violados con impunidad y hay que hacerlos valer.
Presentamos también el testimonio de la ex- sargento mayor del ejercito, Dominga Flores Anaya, quien estuvo 21 años en las fuerzas armadas, en la unidad 82 de paracaidismo, división de infantería. La sargento Flores Anaya valida los planteamientos hechos por doña Vilma y denuncia el continuo discrimen y acoso sexual del cual es víctima la mujer militar, quienes componen un 17% de las fuerzas armadas. Entre otras asundos, Flores Anaya dice: "Para el ARMY, la mujer militar es otro objeto, como lo son las botas, las balas, las armas. Se le violan sus derechos humanos continuamente y cuando la mujer militar se queja, sus planteamientos son totalmente ignorados.., Cuando un militar quiere terminar su contrato, se le hostiga y se le presiona para que no se salga, ese contrato militar es una carcel.
El acto artístico hoy estuvo dedicado a Juan Antonio Agostini , de PAX CHRISTI y a Tony Pérez, de la Comunidad de Jesús Mediador, asiduos colaboradores de Madres contra la Guerra y de causas justas y fallecidos en el último año.
Las guerras de Irak, y Afganistán han costado la vida a más de 1 millón trescientos mil civiles; 108 militares boricuas y más de 5,000 estadounidenses. Destacamos el fallecimiento de Frank Camacho Silva, 30, natural de Mayagüez y quien se suicidara en mayo del 2010, a dos semanas de partir rumbo aA fganistán , habiendo expresado que no deseabar ir.
El costo humano incluye también a miles de heridos física y emocionalmente; el saqueo de museos; la destrucción de escuelas, bibliotecas, universidades; la migración de más de tres millones de seres humanos que huyen de las guerras, la desarticulación de redes familiares y humanitarias.
Mientras los mercaderes de la muerte que son los accionistas de compañías privadas de armamentos, petroleros, de equipos bélicos y contratistas privados de los llamados proyectos de reconstrucción se lucran, hay un empobrecimiento extremo en los Estados Unidos y en Puerto Rico: miles de empleados pierden sus trabajos ; familias enteras pierden sus hogares . Las Madres contra la Guerra denunciamos la agenda de Barack Obama como una continuación de la agenda bélica de Bush.
Porque la maternidad es vida y la guerra es muerte, luchamos por la paz.
...LA GUERRA ES LA ANTITESIS DE LA PAZ Y NOSOTRAS LUCHAMOS POR LA PAZ...