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El 19 de marzo marca el séptimo aniversario de la invasión a Irak, que unida a la guerra de ocupación en Afganistán ha costado la vida a más de 1 millón trescientos mil civiles; 101 militares boricuas y más de 5,000 estadounidenses. El costo humano incluye también a miles de heridos física y emocionalmente; el saqueo de museos; la destrucción de escuelas, bibliotecas, universidades; la migración de más de tres millones de seres humanos que huyen de las guerras, la desarticulación de redes familiares y humanitarias y el gasto de más de tres mil millones de dólares.
Mientras los mercaderes de la muerte que son los accionistas de compañías privadas de armamentos, petroleros, de equipos bélicos y contratistas privados de los llamados proyectos de reconstrucción se lucran, hay un empobrecimiento extremo en los Estados Unidos y en Puerto Rico: miles de empleados pierden sus trabajos; familias enteras pierden sus hogares. Las Madres contra la Guerra denunciamos la agenda de Barack Obama como una continuación de la agenda bélica de Buss. Obama está actualmente pidiendo una asignación presupuestaria adicional de mil noventa y un millones de dólares para sufragar estas guerras para el próximo año y medio.
Las Madres contra la Guerra, todas las familias militares sufrimos día a día las consecuencias de las guerras al ver cómo nuestros seres queridos militares se deterioran, sufren y destruyen por su participación en las guerras: osteoporosis; osteoartritis; el síndrome post traumático del estrés, los divorcios, los suicidios, son algunas de nuestras cruces al su regreso. Presentamos hoy el caso de nuestra Madre Símbolo: la señora Mabel Hernández, quien teniendo un hijo militar en Irak, no sabe de él por varias semanas. El dolor y la angustia de esta madre es inconmensurable.
Las Madres contra la Guerra enfocamos este año nuestra manifestación contra la guerra a los centros de reclutamiento militar en Puerto Rico. Hoy levantamos nuestras voces ante la juventud y el pueblo puertorriqueño y le decimos a trabajadores desempleados, le decimos a nuestros jóvenes que no se dejen engañar por los reclutadores militares, que viven del dolor ajeno, que se lucran de esos jóvenes que firman el contrato militar: Te decimos que NO vale la pena que cambies tu salud o tu vida por un bono, que en la mayoría de los casos, no te dan lo que te ofrecen; que te engañan. Acompáñanos en nuestra indignación y en nuestro mensaje. Habrá acto artístico y testimonios de familias militares.