BAGDAD — Un soldado estadounidense declaró hoy que le ordenaron dispararle a un iraquí desarmado, y que cuando lo hizo, su sargento se rió y le ordenó rematar al iraquí mientras el hombre herido se convulsionaba en el piso.
Sandoval se ha declarado inocente de cinco cargos, incluyendo el asesinato el 27 de abril de un segundo iraquí no identificado y de haber colocado alambre para detonaciones sobre su cuerpo.
Los fiscales argumentan que el caso del 11 de mayo consistió en el asesinato de un iraquí con una pistola de nueve milímetros, colocar un fusil de asalto AK-47 junto a su cadáver y no asegurarse que un detenido, la víctima, recibiera tratamiento que respetara sus derechos humanos.
Vela dijo que el sargento primero Michael Hensley le ordenó disparar al hombre, aunque éste estaba desarmado y tenía los brazos en alto cuando se acercó a los soldados.
"(Hensley) me preguntó si estaba listo. Yo tenía la pistola desenfundada. Escuché la palabra 'dispara'. No recuerdo haber jalado el gatillo. Me llevó un segundo percatarme que el disparo salió de la pistola en mi mano", afirmó, llorando y en tono de voz apenas audible.
Vela dijo que, mientras el iraquí se convulsionaba en el piso, "Hensley se rió por ello, pateó al tipo en la garganta y dijo 'dispara otra vez"'.
"Después de que él (el iraquí) fue baleado, el sargento Hensley sacó un AK-47 de su mochila y dijo: 'Esto es lo que vamos a decir que sucedió"', señaló Vela. Se le pidió que dejara el estrado de los testigos para que se enjugara las lágrimas.
Sandoval enfrenta cargos de homicidio con premeditación, colocar armas falsamente junto a restos de iraquíes y obstruir la justicia. Si es declarado culpable podría ser condenado a cadena perpetua.
Tanto Vela como Hensley también enfrentan cargos en el caso.
Por: AP