Enfrentar la experiencia traumática que significa la muerte de un esposo en la guerra requiere ayuda profesional y apoyo de una amplia red de familiares y amigos, señalaron expertos en la conducta humana.
Esa ayuda sirve dos propósitos. Permite a la viuda enfrentarse a su proceso de pérdida y le ofrece orientación para atender las inquietudes que puedan manifestar sus hijos.
Recordó que año pasado rebajaron $1,000 millones al presupuesto de los hospitales militares, que se traduce a menos servicios de salud para los soldados y sus familias.
Explicó que el proceso de duelo tiene diferentes etapas: incredulidad, coraje, depresión (a veces) y resolución o aceptación de la muerte.
Estas etapas se procesan dependiendo de la personalidad, las variables en el apoyo que pueda recibir la mujer y la constitución de su personalidad.
Sin embargo, estos síntomas no atendidos pueden extenderse indefinidamente y evitar que la mujer encauce su vida.
La muerte de un padre también tiene secuelas en los hijos e hijas de los soldados.
El bombardeo de imágenes de la guerra en los medios noticiosos contribuye a que algunos de los hijos de militares presenten síntomas de síndrome postraumático de estrés y rasgos de ansiedad que se manifiestan en problemas de comportamiento, según Santiago. Entonces, el deceso del padre exacerba esta conducta.
Ante esta situación, la trabajadora Rita Córdova recomendó manejar las ansiedades de estos niños y niñas de forma terapéutica.
Además sugirió a las viudas conectar con redes de apoyo formadas por otras mujeres que atravesaron por la misma situación y recordó la importancia del apoyo de la familia extendida como los abuelos y tíos.
El psicólogo Fernando Medina, quien fue oficial de ingeniería de la Guardia Nacional, precisó que una situación que dificulta este proceso de pérdida "es que se vende la guerra como algo bonito y no se alerta a la gente de que pueden morir o regresar con una incapacidad física o mental".
Insistió también en la necesidad de las viudas de buscar ayuda profesional para revaluar sus vidas y adaptarse a su nueva realidad.
No se trata sólo de un vacío emocional, en muchos casos la pérdida del compañero también trae complicaciones económicas porque se pierde al proveedor de la familia, recordó Medina.
Por: Cynthia López Cabán / END