Desde hace unos meses, un grupo de personas representantes de organizaciones políticas, estudiantiles, religiosas, feministas, obreras, entre muchas otras más y personas en su carácter personal, hemos estado reuniéndonos consecuentemente para coordinar la gran concentración del próximo 26 de agosto para protestar por la celebración en Puerto Rico de la 129 Convención de la Asociación de la Guardia Nacional de Estados Unidos.
Una actividad como ésta es algo extraordinario en nuestro país, por lo tanto necesita una respuesta extraordinaria. Desde el inicio de nuestra convocatoria a las reuniones he sostenido que la afrenta que significa la presencia de miles de soldados estadounidenses en tierra puertorriqueña, es razón de tal indignación que nos llevará a reunirnos en una de las mayores concentraciones de protesta en la historia de Puerto Rico.
Es doloroso y nos da coraje aún más, que en momentos de guerra y en que han muerto más de 70 boricuas en Irak y Afganistán y hay cientos de heridos y con diferentes problemas de salud, entre ellos mentales, el gobierno de Puerto Rico celebre con alegría y con gastos de dinero la Convención de la Asociación de la Guardia Nacional de Estados Unidos. El gobierno de Puerto Rico no sólo ha solicitado la plaza para esta actividad, sino también, los agasajará en el Centro de Recepciones del Gobierno, en el Paseo de la Princesa y en la Fortaleza, amén de asistir a las actividades en el Centro de Convenciones en Isla Grande.
Hemos acordado que la recién creada Alianza Contra la Convención de la Guardia Nacional coordinará la gran concentración del domingo 26 de agosto a la una de la tarde frente al Centro de Convenciones en Isla Grande. Pero, también organizaciones políticas, pacifistas, antimilitares y estudiantiles, entre otras, llevarán a cabo actividades de protesta desde el jueves 23 hasta el lunes 27. La idea es, como mencionamos en nuestra primera conferencia de prensa, que los visitantes y el gobierno de Puerto Rico se enteren en todo momento de nuestra indignación. Es importante que todos los que nos sentimos indignados y molestos asistamos a la mayor cantidad de actividades posibles.
Los puertorriqueños nos hemos movilizado de manera extraordinaria en momentos sumamente trascendentales y significativos. Ante la presencia en Puerto Rico de gobernadores de Estados Unidos en 1971 y en 1996, como ejemplo, se llevaron a cabo dos grandes marchas que muchos no olvidan, "La de los Gobernadores" y "La Nación en Marcha", respectivamente. En esas dos ocasiones quisimos enviar el mensaje de que somos una nación distinta a Estados Unidos y que jamás aceptaríamos la anexión a este país. Ahora, en el 2007, no son gobernadores, quienes tienen autoridad civil, son, por lo contrario, militares quienes estarán en nuestras calles y en once hoteles en San Juan. Son militares que representan agresión y ocupación a otros países y, además, el sistema de imposición colonial de Puerto Rico.
La Guardia Nacional de Estados Unidos en Puerto Rico nos fue impuesta por ley federal en 1919. Hubo entonces cierta urgencia de organizar este cuerpo militar porque hacía falta en el País una gendarmería que controlara el activismo del sector obrero. Desde entonces, en las siguientes décadas, la llamada Guardia Nacional ha sido movilizada para la Segunda Guerra Mundial, para la de Corea, para apoyo logístico, entre otros, durante la Guerra del Golfo en 1991 y las recientes guerras en Irak y Afganistán. Pero esto no es lo único, los puertorriqueños miembros de este organismo han sido movilizados también para las operaciones de desestabilización de gobiernos en Centro América, como fue el caso de su movilización a Honduras cuando el gobierno Sandinista gobernaba en Nicaragua. También en la intervención en Panamá en 1989, entre muchos otros casos más.
A todo lo anterior hay que agregar que la Guardia Nacional ha sido utilizada en Puerto Rico contra el independentismo, como también contra la clase obrera y el sector pobre. Por espacio de once días estuvo movilizada y atacó varios pueblos como fue el caso de Jayuya y Utuado en la persecución contra los nacionalistas en 1950. Participó en arrestos y allanamientos a residencias de independentistas y nacionalistas, entre otros a la periodista estadounidense Ruth Reynolds y al periodista y líder nacionalista Paulino Castro.
Contra el movimiento obrero no podemos dejar al rescoldo su intervención en las huelgas de la Autoridad de Fuentes Fluviales, Bomberos y la Autoridad de Acueductos y Alcantarillado en 1973 y 1974.
Tampoco podemos olvidar la ocupación a 76 residenciales públicos en 1993 y los abusos y atropellos cometidos contra la clase pobre, hasta llegar a vejar de la manera más indigna a algunas personas.
Por lo antes expuesto y por tantas otras razones más, es que la Alianza Contra la Convención de la Guardia Nacional en su convocatoria ha establecido que está en contra de la utilización de este cuerpo castrense por su participación en la agresión, ocupación e intervención en otros países, por los abusos cometidos contra la clase obrera y el sector pobre de Puerto Rico y por su utilización contra el independentismo puertorriqueño. Además, porque es parte del engaño contra la clase pobre y en específico de los jóvenes para lavarles el cerebro y reclutarlos ya que tienen necesidades económicas. Como también contra un sector social que en una economía tan débil como la nuestra no le queda otra alternativa que buscar uno o dos trabajos adicionales para poder subsistir y mantener a su familia.
Estamos ante una situación extraordinaria en la que no podemos permitir los subterfugios. Los soldados de la Guardia Nacional son entrenados y adoctrinados para combatir grupos no adeptos a la política estadounidense y para matar, en ofensiva o defensiva, en las guerras, conflictos y misiones militares en que se involucre Estados Unidos.
Tenemos que demostrar el 26 de agosto y todos los días mientras se celebre en Puerto Rico la Convención de la Guardia Nacional, toda nuestra indignación ante esta ocupación del país por miles de militares. Seamos todos parte del compromiso de esta convocatoria y, trabajemos todos para conformar la más grande concentración contra la presencia militar estadounidense en Puerto Rico. Nos abrazaremos con alegría por estar juntos ese día y nos uniremos para lanzar un gran grito de indignación y coraje.
Nota: Miembros de la Alianza estamos visitando diferentes pueblos para coordinar la movilización de la concentración del 26 de agosto. Puede comunicarse con nosotros al (787) 402-2015.
*El autor es miembro de Universitarios por la Desmilitarización y uno de los portavoces de la Alianza Contra la Convención de la Guardia Nacional.
Ché Paraliticci
ESPECIAL PARA CLARIDAD
...LA GUERRA ES LA ANTITESIS DE LA PAZ Y NOSOTRAS LUCHAMOS POR LA PAZ...