...LA GUERRA ES LA ANTITESIS DE LA PAZ Y NOSOTRAS LUCHAMOS POR LA PAZ...

26 de agosto de 2018

Mensaje a nuestra juventud


Al empezar el año escolar, les informamos que a los reclutadores militares les dan acceso a la base de datos personales de los jóvenes en escuela superior a no ser que el joven o sus padres o madres le indiquen a la escuela que no lo desean . Es importante que los padres y madres o el mismo joven llene la planilla en la escuela superior indicando que no desean que los reclutadores reciban sus datos, antes del 30 de septiembre.

Recordemos que a los reclutadores militares les pagan por lograr que el joven firme un contrato militar. Los centros de reclutamiento reciben $3,000 mil millones anualmente mientras los hospitales de veteranos tienen necesidades.

Al cumplir los 18, los varones  son  obligados a inscribirse en el Servicio Selectivo. De no hacerlo, los chantajean conque no cualifican para  financiamiento  o becas estudiantiles..  Ojo-Eso no es firmar un contrato militar.  Al llenar la hoja que pueden solicitar en el correo, pongan "soy objetor por conciencia" y le sacan copia, garantizando que no quieren firmar un contrato militar.

Recuerden que no tienen que tomar el ASVAP, prueba administrada por reclutadores en las escuelas, esa es otra forma en que ellos obtienen tus datos.

Porque la maternidad es vida y la guerra es muerte, luchamos por la paz.


1 de agosto de 2018

Reiteramos nuestro apoyo a las víctimas de las guerras, cuánto dolor en tantas familias, descansen en paz....

Restos de soldados de la guerra de Corea serán repatriados a (Primera Hora, 1 de agosto de 2018)
Serán sometidos a un profundo análisis forense, en algunos casos con perfiles de ADN mitocondrial, para identificarlos.

Pyeongtaek, Corea del Sur. Décadas después del final de la Guerra de Corea, en 1953, los restos de docenas de supuestos soldados de Estados Unidos muertos en combate emprendieron el miércoles su camino de regreso a casa tras una ceremonia de repatriación en Corea del Sur. 

Corea del Norte entregó la semana pasada 55 cajas con restos y permitió que un avión de transporte del ejército estadounidense los trasladase a una base aérea de Washington cerca de Seúl. Aunque fue un aparente gesto de buena voluntad de Pyongyang hacia Estados Unidos, la devolución se produjo ante el creciente escepticismo de que la hermética nación cumpla con su promesa de desarme nuclear. 

Cientos de soldados estadounidenses y surcoreanos participaron en la ceremonia de repatriación celebrada en un hangar de la base Osan. El acto incluyó un minuto de silencio, salvas de fusil y la interpretación de los himnos de las dos naciones y de piezas fúnebres ante los cofres de metal cubiertos con banderas de Naciones Unidas. 

"Para el guerrero, este es un valioso deber, un compromiso que se realiza al otro antes de salir a la batalla y que pasó de una generación de combatientes a la siguiente", dijo Vincent Brooks, jefe del ejército de Estados Unidos en Corea del Sur, en su discurso. "Este es un recordatorio solemne de que nuestro trabajo no está complete hasta que todos hayan sido encontrados, no importa el tiempo que lleve". 

Los restos se trasladaron entonces en camionetas grises hasta el aeródromo, donde soldados de las dos naciones los metieron en dos aviones de transporte. Cuatro cazas estadounidenses realizaron un vuelo raso en señal de homenaje. 

Los aviones partieron más tarde el viernes hacia Hawái, donde se someterá a los restos a un profundo análisis forense, en algunos casos con perfiles de ADN mitocondrial, en un laboratorio del Departamento de Defensa para proceder a su identificación. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, dijo la semana pasada que la entrega de los cofres era un signo positivo pero no una garantía de que se tratase de efectivos estadounidenses. 

Un funcionario estadounidense de Defensa explicó el martes que podrían pasar meses, sino años, hasta que se determine por completo la identidad de todos los restos. El funcionario, que desveló aspectos desconocidos sobre el asunto bajo condición de anonimato, dijo que, junto a los restos, Corea del Norte solo proporcionó una placa de identificación militar, aunque desconocía más detalles sobre la pieza, incluyendo el nombre que figuraba en ella o si pertenecía al ejército estadounidense.


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