British Petroleum, detrás de la invasión destructiva de Irak
por Alfredo Jalife-Rahme*
Definitivamente la maligna trasnacional petrolera británica British Petroleum (BP) se ha vuelto uno de los mayores peligros para el humano, el medio ambiente y la armonía planetaria, ante los cuales los ciudadanos afectados exhiben su patética impotencia.
Debka, portal propagandístico del sionismo jázaro, abiertamente desnuda que Gran Bretaña abandonó a su anterior aliado Muamar el Gadafi con el fin de posicionar a las petroleras británicas en el nuevo orden energético de Libia impuesto por los bombardeos "humanitarios" de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
En particular, BP piensa resarcir con el petróleo libio sus enormes pérdidas en el Golfo de México que ascienden a un mínimo de 30 mil millones de dólares.
Con sobrada razón: en Libia existen enormes excedentes de petróleo y gas para pagar el daño ambiental de BP en el Golfo de México.
Ahora, con ocho años de retraso, Paul Bignell, del periódico británico The Independent, esculca los "documentos secretos que vinculan la invasión de Irak a las trasnacionales petroleras" [1].
¿No fue siempre la invasión de Irak tan publicitada por sus consuetudinariamente mendaces medios, por las "armas de destrucción masiva" de Saddam Hussein que nunca existieron? Los documentos evidencian que "fueron discutidos planes para explotar las reservas del petróleo de Irak por ministros del gobierno y las mayores trasnacionales petroleras un año antes de que Gran Bretaña tomara el liderazgo de invadir Irak".
Ninguna novedad: lo mismo había hecho el vicepresidente Dick Cheney con las trasnacionales petroleras estadunidense mucho antes de la invasión a Irak. Hasta Alan Greenspan, el malhadado y malvado exgobernador de la Reserva Federal, comentó en su reciente libro Las turbulencias de la globalización que la invasión a Irak se debió al petróleo.
En su momento (primavera de 2003), los invasores involucrados, así como los ejecutivos de las trasnacionales petroleras (desde BP hasta Chevron Texaco) negaron públicamente que la destrucción de Irak se debió a su posesión de una de las mayores reservas de petróleo ligero del mundo –datos del Departamento de Energía de Estados Unidos llegaron hasta colocarlas a niveles superiores a las de Arabia Saudita.
Bignell enjuicia que a nivel de la pérfida Albión, tanto Shell como BP negaron rotundamente, en la primavera de 2003, como "altamente imprecisas" las sospechas de la invasión a Irak por petróleo que "carecía de interés estratégico". ¡Cómo no!
Ya destruido Irak y visto en retrospectiva, ¿qué podemos hacer los ciudadanos del mundo ante tanta maldad diabólica?
¿No sería conveniente que erijamos un tribunal criminal internacional para juzgar, aunque sea simbólicamente, a los gobernantes delincuentes que pululan en el planeta?
¿Cómo puede ser que los Bush, los Blair y los Aznar se escapen de una rigurosa condena moral universal y sigan expectorando sus mentiras a los cuatro vientos en sus multimedia controlados?régimen".
En vísperas de la invasión, se firmaron contratos por 20 años: "Los mayores en la historia de la industria En privado, BP confesó a la cancillería que "Irak era lo más importante que hayamos visto durante un largo tiempo". Pues sí. ¡Se trata(ba) de las mayores reservas de petróleo ligero del planeta!
...LA GUERRA ES LA ANTITESIS DE LA PAZ Y NOSOTRAS LUCHAMOS POR LA PAZ...