Aunque el informe de la OIG surgió en respuesta a una querella por el trato recibido por un paciente cuyo caso fue severamente desatendido en el Hospital de Veteranos, preocupa que se trate del segundo informe en poco más de tres años en la única institución especializada para más de 200,000 veteranos y para los más de 20,000 reservistas y miembros de la Guardia Nacional en la Isla.
En el 2010, la OIG identificó lagunas de higiene en el manejo de procedimientos clínicos, detectadas entre 2007 y 2009. Ahora, los inspectores encontraron que el personal del hospital no atendió adecuadamente las condiciones que llevaron al paciente a ser internado, ni sus necesidades nutricionales, lo cual condujo a una notable reducción de peso.
Asimismo, se encontró que el hospital no siguió normas postoperatorias, los familiares del paciente no recibieron información adecuada sobre su condición y no hubo seguimiento médico al veterano luego que fue dado de alta, entre otras fallas.
La administración del hospital concurrió con los hallazgos y ha prometido revisar cinco áreas en el manejo de los pacientes para el 31 de marzo, la fecha límite establecida por la OIG.
En la respuesta sometida por la dirección del hospital a los inspectores se indica que la institución atenderá asuntos tan simples como lo es uniformar el sistema de peso a los pacientes cuando son hospitalizados y asegurar que se suplan las necesidades nutricionales como estos requieren, hasta mejoras en el seguimiento una vez el paciente es dado de alta.
Con los cambios planificados se atienden deficiencias inmediatas identificadas en el lamentable caso que llegó a la atención de la OIG. Pero aún imperan las dificultades operacionales en el hospital por la gran demanda de servicios, un asunto que los veteranos del País llevan años reclamando por una solución.
Esta alta demanda por servicios, a razón de unas 2,000 personas diariamente, atendida por escaso personal, se presta para demoras en la atención médica que deben recibir estos pacientes, lo que se traduce en errores y deslices como los identificados por la OIG.
Corregir el desbalance entre la demanda y los servicios prestados en el Hospital de Veteranos es un asunto que trasciende jurisdicciones, puesto que los servicios allí prestados chocan con el deber moral que debemos tener para con los veteranos.
A esos efectos, requerimos proactividad de la Comisión de Asuntos Federales e Internacionales y Asuntos del Veterano de la Cámara de Representantes, de la Comisión de Asuntos del Veterano y Recursos Humanos del Senado, de la Oficina del Procurador del Veterano Puertorriqueño, de la Oficina del Comisionado Residente y de la Oficina de Asuntos Federales, en gestionar fondos y recursos para atender las necesidades que requieren nuestros veteranos.
Y deben activarse esos recursos procurando para esos veteranos un servicio médico de clase mundial, ofrecido por un personal adherido a los más altos niveles de compasión, compromiso, excelencia, profesionalismo e integridad.
Es lo que, por derecho, merecen y deben recibir nuestros veteranos.
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