...LA GUERRA ES LA ANTITESIS DE LA PAZ Y NOSOTRAS LUCHAMOS POR LA PAZ...

30 de julio de 2011

VEA Los Mensajeros de la Muerte


Ante las muertes de 225,000 afganos, más de dos millones de iraquíes, 113 boricuas y 6,147 militares de tropas estadounidenses , hacemos un llamamiento a la sensatez, a la cordura, al humanismo, BASTA ya de muertes. Las Madres contra la guerra denunciamos este horror en el segmento: "Los Mensajeros de la Muerte", del programa: "En el Lente del Ojo Público".

28 de julio de 2011

Madres contra la guerra el viernes 29 de julio a las 10:00 pm, por Univisión, en el segmento: “Los Mensajeros de la Muerte”

Mientras , una investigación del Ejército de Estados Unidos establece que dólares de contribuyentes estadounidenses se destinan al Talibán en Afganistán: Hay mucha corrupción y los que se lucran son los mercaderes de la muerte: los inversionistas del complejo militar industrial:
Una investigación militar no publicada establece que se están destinando dólares de los contribuyentes de Estados Unidos al Talibán en Afganistán según un contrato de transporte de 2.600 millones de dólares. La investigación, que se desarrolló durante un año, vincula a actividades delictivas o apoyo al enemigo a cuatro de los ocho principales contratistas de Estados Unidos en Afganistán. El Ejército no reveló cuáles son las cuatro compañías involucradas, así como tampoco hizo pública la cifra de dólares de los contribuyentes que han desaparecido. La investigación confirma otras pesquisas independientes llevadas a cabo por el Congreso, organismos federales y la revista The Nation.
Adicionalmente, un estudio que finalizó el Congreso establece que Estados Unidos desperdició unos 34.000 millones de dólares en contratos de servicio con el sector privado en las guerras de Irak y Afganistán. El informe revela además que más de 200.000 contratistas pasaron por la nómina de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán; cifra que supera a la de soldados estadounidenses en servicio en esos países en el momento.
fuente: www.democracynow.org 27 de julio de 2011

26 de julio de 2011

En estos tiempos aciagos los contratistas hacen su agosto sin ninguna supervisión, perdiendo dinero y causando caos

 
Los Estados Unidos gastan $34 mil millones en contratistas en las guerras, que bien pudieran usarse para mejorar los servicios de salud y bienestar social del pueblo, para atender las necesidades de salud de los militares y para apoyo humanitario a los pueblos intervenidos:
Sat, Jul 23 2011
WASHINGTON (Reuters) - The United States has wasted some $34 billion on service contracts with the private sector in the wars in Iraq and Afghanistan, according to a study being finalized for Congress.
The findings by a bipartisan congressional commission were confirmed to Reuters by a person familiar with the draft of the study, which is due to be completed in coming weeks.
The analysis by the Commission on Wartime Contracting, details of which were first reported by the Wall Street Journal, offers the most complete look so far at the misuse of U.S. contracting funds in Afghanistan and Iraq, where more than $200 billion has been doled out in the contracts and grants over nearly a decade.
It also gives the most complete picture of the magnitude of the U.S. contracting workforce in the two countries.
The source, who declined to be named, said more than 200,000 contractors have been on the U.S. payroll at times in Iraq and Afghanistan -- outstripping the number of U.S. troops currently on the ground in those countries.
The United States has fewer than 100,000 troops in Afghanistan and some 46,000 forces in Iraq.
The tally of private sector contractors in Iraq and Afghanistan can be surprisingly difficult to obtain since many U.S. contractors are outsourced to subcontractors who depend on temporary labor, the source said.
The report blames a lack of oversight by federal agencies for misuse of funds and warns of further waste when the programs are transferred to Iraqi or Afghan control as the United States withdraws its troops.
The U.S. military is on course to withdraw all of its troops from Iraq by the end of the year and started drawing down its force in Afghanistan this month.
(Reporting byPhil Stewart, editado por Vicky Allen)

Los niños de la guerra

 Las armas estadounidenses que pacificaron Faluya y envenenaron a una generación

 
En el discurso anual del estado de la nación, el presidente Barack Obama declaró que "la guerra de Iraq está tocando a su fin" –al menos para los estadounidenses, que se marchan "con la cabeza bien alta" porque "hemos cumplido con nuestro compromiso".
Sin embargo, para millones de iraquíes, la guerra está muy lejos de terminar. De hecho, para un creciente número de familias de las ciudades que han sido prácticamente destruidas durante los años de terrorismo y contraterrorismo, la crisis no ha hecho más que empezar. Como un iraco-estadounidense manifiesta: "[…] Sólo porque nosotros [los estadounidenses] no prestemos atención eso no significa que el resto del mundo no la preste".
Según los estudios realizados y los testimonios, Faluya –prácticamente borrada del mapa por la artillería pesada estadounidense en dos gigantescas ofensivas llevadas a cabo en 2004– está padeciendo un asombroso aumento de malformaciones congénitas. La situación recuerda a los informes similares que sobre la ciudad de Basora empezaron a circular después de la Guerra del Golfo de 1991.
La letanía de horrores es desgarradora: los niños nacen con un ojo en medio de la cara, les faltan miembros, demasiados miembros; sufren daños cerebrales, padecen cardiopatías y carecen de genitales.
En marzo de 2010, John Simpson de la BBC realizó visitas a diferentes clínicas de Faluya y tras ello afirmó: "Nos han dado detalles de docenas y docenas de casos de niños con graves problemas congénitos […] Vi una fotografía de un recién nacido con tres cabezas". Después, en el mayor hospital financiado por EEUU, vi una larga cola de padres que llegaban con bebes que padecían problemas en los miembros, en la columna vertebral o que tenían otros problemas. Las autoridades de Faluya informaban a las mujeres de que no tuvieran ningún hijo.
Ayman Qais, director del Hospital General de Faluya, declaró a The Guardian que trataba a dos bebés al día, en lugar de los cuatro que trataba al mes en 2003. "La mayoría de las deformidades se producen en la cabeza y en la columna vertebral, pero también se producen muchas deformidades en los miembros inferiores", declara. "Además, se está produciendo un alarmante aumento del número de casos de niños menores de dos años con tumores cerebrales".
En la comunidad científica y médica y entre el personal sanitario está ampliamente aceptado el hecho de que la guerra es la culpable. La presencia de armamento usado, basura y restos de armamento, la quema generalizada de los restos en las fosas de las bases estadounidenses, junto con los incendios de los pozos de petróleo han dejado un legado tóxico que ha contaminado el aire, el agua y el suelo de Iraq.
"Estoy seguro de que hemos destruido Iraq", afirma Adil Shamoo, bioquímico de la Universidad de Maryland, especialista en Ética Médica y Política Exterior. Shamoo, iraco-estadounidense, considera que es de "sentido común" relacionar los problemas de salud de la población iraquí con los incansables bombardeos de sus pueblos y ciudades y con la contaminación posterior a las guerras y la ocupación.
El Departamento de Defensa estadounidense no está de acuerdo y rechaza que el ejército tenga la culpa de las enfermedades crónicas, las malformaciones congénitas y las altas tasas de cáncer entre la población local y entre su propio personal de servicio que estuvo expuesto a los mismos elementos. Los mandos de Defensa no contestan a las llamadas ni a los correos electrónicos para responder a lo que en este artículo se plantea.
 
"Las fechas de los casos de malformaciones congénitas indican que podrían estar relacionadas con una larga exposición a la contaminación asociada a la guerra", afirma el informe. "Muchos conocidos contaminantes de guerra tienen el potencial de interferir en el desarrollo normal embrionario y fetal".
Otro reciente artículo titulado "Cancer, Infant Mortality y Birth Sex-Ratio in Fallujah, Iraq 2005-2009" [Cáncer, mortalidad infantil y ratio de nacimientos por sexo en Faluya, Iraq entre 2005 y 2009] publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health en julio de 2010, llevó a cabo una investigación, puerta por puerta, con 4.843 residentes de Faluya en 711 hogares. Dando por sentado que tales estudios tienen sus límites, los autores resaltaron hechos innegables, entre ellos una reducción del 18 por ciento en los nacimientos de niños después de 2004 y un pico en la mortalidad infantil.
"Los resultados que se muestran aquí no arrojan ninguna luz sobre la identidad de los agentes o del agente causante del incremento de las enfermedades pero aunque hemos prestado gran atención a la exposición al uranio empobrecido como uno de los principales y potenciales elementos, debe de haber otro posibles causantes", afirman los autores.
En realidad hay múltiples factores contaminantes pero el uranio empobrecido ha sido desde siempre el primer sospechoso. El uranio empobrecido es un metal pesado, denso, altamente tóxico y radiactivo que el ejército usa regularmente para recubrir y hacer más penetrante el armamento. Los tanques Abrams y los vehículos de combate Bradley del ejército llevan tanto en su recubrimiento como en su munición uranio empobrecido. Además de una mayor penetración, la munición con uranio empobrecido causa un daño añadido porque en el momento de la colisión con el objetivo se incendian.
Después de un combate, las carcasas de los tanques y la munición de uranio empobrecido que ha quedado –haya explotado o no– provoca radiación y las minúsculas partículas del metal pesado se convierten en polvo que puede viajar largas distancias a través del aire. Este polvo, afirman tanto los médicos como los científicos especialistas en medio ambiente, es mortal si se inhala.
Se calcula que después de la Primera Guerra del Golfo Estados Unidos dejó 320 toneladas de uranio empobrecido en el campo de batalla. Los ataques estadounidenses con de uranio empobrecido producía 1.300 veces más radiación que la encontrada en la tierra, lo que provocó que el sonido discontinuo del medidor Geiger se convirtiera en un pitido continuo.
Tener un panorama preciso de cómo las fuerzas estadounidenses han utilizado el uranio empobrecido en Iraq es imposible. El 14 de marzo de 2003, en una nota de prensa –a menos de una semana de la invasión– el coronel James Naughtoon del Comando de Material del ejército estadounidense presumía de lo que los iraquíes "quieren el uranio empobrecido muy lejos porque nosotros les dejamos la basura" en la batalla de los tanques de 1991. "Sus soldados no están muy contentos con la idea de salir, básicamente, en los mismos tanques con algunas pequeñas mejoras y coger los Abrams otra vez".
Uruknet/IraqSolidaridad

 

15 de julio de 2011

El suicidio de soldados y la política de condolencias del presidente

Amy Goodman
Democracy Now!
traducido por Fernanda Gerpe y Democracy Now!en español
El Presidente Barak Obama anunció recientemente que será revertida la política de larga data por la que se negaban cartas de condolencia del presidente a las familias de soldados que se hubieran suicidado. Los familiares de soldados muertos en combate reciben cartas del presidente. Sin embargo, el silencio oficial ha significado durante mucho tiempo el estigma de los que se quitan la vida. Esta medida significa un cambio de postura que se esperaba desde hacía mucho tiempo respecto al reconocimiento de la epidemia de suicidios de soldados y veteranos de guerra en este país, así como de la cantidad de heridas ocultas que deja la guerra.
La negación de cartas de condolencia en los casos de suicidio cobró relevancia a nivel nacional cuando Gregg y Jannett Keesling hablaron acerca del suicidio de su hijo Chancellor Keesling. Chance Keesling se integró al ejército en el año 2003. Luego de prestar servicio activamente en Irak, fue transferido a las Fuerzas de Reserva del Ejército y llamado nuevamente para prestar servicio en Irak en el año 2009. Los años de guerra habían dejado sus huellas en el joven de veinticinco años de edad. Como me dijo su padre, Gregg: “Fue entrenado para la reconstrucción de Irak. Era un ingeniero de combate entrenado. Operaba equipos grandes y amaba dirigir esos grandes equipos. Sin embargo, al final, fue entrenado nuevamente como artillero táctico para sentarse sobre un todoterreno militar, un Humvee. Y todo esto, porque en realidad allá no se estaba haciendo mucha reconstrucción.”
No existe un sistema para llevar registro de los suicidios de los veteranos. Algunos estudios epidemiológicos llevados a cabo por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, así como otros estudios, sugieren que la tasa de suicidios en veteranos de guerra es siete u ocho veces mayor que en la población en general. Un informe del año 2005 y restringido a dieciséis estados estableció que los suicidios de veteranos de guerra representaban el veinte por ciento del total, un hallazgo extraordinario, considerando que los veteranos representan menos del uno por ciento de la población. Actualmente se cree que el trastorno de estrés postraumático afecta al treinta por ciento de los casi dos millones de soldados en actividad y veteranos de las guerras de Irak y Afganistán. La tasa de desempleo de veteranos de guerra de sexo masculino supera actualmente el veintidós por ciento.
Pensemos en una base: Fort Hood, Texas. El Mayor Nidal Hasan se enfrenta a la pena de muerte por presuntamente haber asesinado a trece personas en noviembre del año 2009 en el marco de un horrendo ataque sumamente difundido por los medios masivos de comunicación. Mucho menos conocida es la epidemia de suicidios que hay en esa base. Veintidós personas se quitaron la vida en ese lugar, tomando en cuenta sólo el año 2010.
Quienes padecen trastorno de estrés postraumático pueden abandonar el campo de batalla. Lamentablemente, el campo de batalla nunca los abandona a ellos. Algunos ven en el suicidio su única salida. Ellos también son bajas de guerra.
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Ver artículo completo en http://www.democracynow.org/es/blog/2011/7/14/el_suicidio_de_soldados_y_la_poltica_de_condolencias_del_presidente

4 de julio de 2011

EL COSTO REAL DE LA GUERRA ES 3 TRILLONES, DENUNCIAMOS ESTE DECADENTE HORROR, CUANDO HAY TANTA POBREZA

CUANDO OBAMA ESTUVO EN SU VISITA FUGAZ EN PUERTO RICO, DIJIMOS QUE EL COSTO DE LAS GUERRAS HA SIDO, AL MENOS, 3 TRILLONES. POSTERIORMENTE, EL PRESIDENTE DIJO QUE ES DE 1, NO 3. PRESENTAMOS LOS DATOS EN ESTE INFORME. DENUNCIAMOS EL EMPOBRECIMIENTO DEL PUEBLO A COSTA DE ESTAS GUERRAS, QUE SOLAMENTE ENRIQUECE A LAS GRANDES CORPORACIONES QUE SE LUCRAN CON LAS GUERRAS:

Beaver County Peace Links via Reuters
By Daniel Trotta
NEW YORK, June 29, 2011 - When President Barack Obama cited cost as a reason to bring troops home from Afghanistan, he referred to a $1 trillion price tag for America's wars.
Staggering as it is, that figure grossly underestimates the total cost of wars in Iraq, Afghanistan and Pakistan to the U.S. Treasury and ignores more imposing costs yet to come, according to a study released on Wednesday.
The final bill will run at least $3.7 trillion and could reach as high as $4.4 trillion, according to the research project "Costs of War" by Brown University's Watson Institute for International Studies. (www.costsofwar.org)
In the 10 years since U.S. troops went into Afghanistan to root out the al Qaeda leaders behind the September 11, 2001, attacks, spending on the conflicts totaled $2.3 trillion to $2.7 trillion.
Those numbers will continue to soar when considering often overlooked costs such as long-term obligations to wounded veterans and projected war spending from 2012 through 2020. The estimates do not include at least $1 trillion more in interest payments coming due and many billions more in expenses that cannot be counted, according to the study.
The White House says the total amount appropriated for war-related activities of the Department of Defense, intelligence and State Department since 2001 is about $1.3 trillion, and that would rise to nearly $1.4 trillion in 2012.
Researchers with the Watson Institute say that type of accounting is common but too narrow to measure the real costs.
In human terms, 224,000 to 258,000 people have died directly from warfare, including 125,000 civilians in Iraq. Many more have died indirectly, from the loss of clean drinking water, healthcare, and nutrition. An additional 365,000 have been wounded and 7.8 million people -- equal to the combined population of Connecticut and Kentucky -- have been displaced.
"Costs of War" brought together more than 20 academics to uncover the expense of war in lives and dollars, a daunting task given the inconsistent recording of lives lost and what the report called opaque and sloppy accounting by the U.S. Congress and the Pentagon.